Las hermanas de Montmorts by Jérôme Loubry

Las hermanas de Montmorts by Jérôme Loubry

autor:Jérôme Loubry [Loubry, Jérôme]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2021-01-01T00:00:00+00:00


10.

Cuando Sarah entró en la comisaría a las seis en punto, vio alivio en los ojos de Lucie, que la estaba esperando detrás del mostrador, de pie y con el abrigo ya sobre los hombros.

Antes, en casa, la policía se había permitido una siestecita. Le había sentado genial, pero fue despertarse y no dejar de pensar en las palabras de Lucas.

¿Podría ser que…? No, es coincidencia, renegó mientras se preparaba para volver al trabajo. Él oye voces, pero a mí lo que me pasa es que tengo la impresión de que la gente con la que me cruzo, personas de verdad, no sauces imaginarios, se ha puesto de acuerdo para preguntarme si va todo bien…, pero es normal, ¿no? Son conscientes de lo mucho que sufrí después de que encontraran el coche de Philippe. De que lo quería. Por eso se preocupan, es pura bondad… Julien y Franck saben lo del altercado con Lucas e intuyen que no debe de ser fácil obviar una detención violenta. Quieren saber cómo estoy… Nada más.

—¡Ay, Sarah, qué alegría verla! Verá, es que no estoy del todo cómoda sabiendo lo que el chico este le hizo a Sybille… —pregonó Lucie yendo hacia la salida.

—¿Ha pasado algo?

—No, nada. El jefe me ordenó que bajara cada media hora y eso he hecho, pero no ha dicho ni mu. ¡Como si no me viera!

—Mejor. Por lo demás, ¿algo reseñable?

—Nada. Bueno, vino Rondenart a quejarse de la bibliotecaria. A ver, no exactamente, pero ya sabe a qué me refiero…

—En ese caso, que pases buena tarde, Lucie. Nos vemos mañana —concluyó Sarah.

—No, mañana libro, ¡tendrá que prescindir de mis inestimables servicios! ¡Ah! Julien va a encargar la cena para usted y para el otro… Total, que la traerán sobre las ocho.

—Una velada romántica perfecta —dijo bromeando la policía, que salió disparada por el pasillo por miedo a que la operadora le hiciera la pregunta de marras.

Fue a la sala de descanso, vació el café frío que quedaba en la cafetera y puso una nueva. Tienes que ayudarme a estar despierta esta noche, suspiró, y duplicó la dosis habitual. Luego fue al sótano a ver cómo estaba el preso. Y pasó lo mismo que con Lucie: Lucas no se movió ni un milímetro cuando ella se plantó delante de los barrotes.

—En una hora y media traen la cena —lo informó sin más, y volvió a la sala principal.

De nuevo arriba, se preguntó cómo iba a ocupar su noche. Podría ver una peli, pensó mientras deambulaba por allí. Era una pena que Montmorts no fuera un sitio más animado con muchos casos; nada de peso ni de índole delictiva, más bien multas o faltas leves, lo justo para alegrar la soledad…

La policía se sentó delante del monitor grande que mostraba las cámaras de vigilancia y se dijo que un poquito de voyerismo la ayudaría a matar el rato. Cogió la palanca de mando del panel de control y manipuló varios botones para mostrar las distintas perspectivas del pueblo, las arterias de Montmorts.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.